¿TE ESTÁN DAÑANDO LAS REDES SOCIALES?

¿TE ESTÁN DAÑANDO LAS REDES SOCIALES?

Las redes sociales se encuentran en constante evolución, con las principales plataformas ofreciendo nuevas herramientas y características para atraer y mantener atrapados a los usuarios. Facebook nos ofrece un servicio de streaming de video en directo. Instagram tiene Historia. Twitter tiene los constantes Tweets del Presidente de los Estados Unidos. Bueno, quizás ese último ejemplo no forme parte de la evolución. Pero es sin duda uno de los aspectos de las redes sociales que hacen que pasemos tiempo en ellas. De hecho, el tiempo que pasamos en esas redes está creciendo de manera constante. Los adolescentes pasan una asombrosa media de 9 horas diarias usando las redes sociales – y algunos niños de 13 años llegan a consultar sus cuentas de redes sociales hasta 100 veces al día. Un informe de este mismo año mostraba que el 70% de todos los adultos de los Estados Unidos son usuarios de redes sociales, formando las redes sociales parte integral de su rutina diaria.

Es fácil de entender que las redes sociales hayan pasado a formar parte tan importante en nuestras vidas. Se han convertido en la principal manera en la que muchos de nosotros nos informamos, entretenemos e incluso nos comunicamos con los demás. ¿Pero tanto “Me gusta”, “Seguir” y “Comentar” hace que estemos conectando realmente entre nosotros?

Las conexiones sociales son una parte necesaria y saludable de la experiencia humana. Varios estudios (como este (en inglés)) han examinado a fondo los beneficios de los lazos sociales, llegando a la conclusión de que las personas que tienen fuertes conexiones sociales sufren menos depresión o de ansiedad, cuentan con un sistema inmune más fuerte, necesitan menos tiempo para recuperarse de una enfermedad y posibilidades de una esperanza de vida más alta.  Al contrario, otros estudios (como este otro, también en inglés) muestran que la falta de relaciones sociales está claramente relacionada con una baja autoestima, falta de empatía con los demás, vulnerabilidad a las enfermedades, presión arterial alta y un mayor riesgo de sufrir depresión.

¿Pero dónde encajan las redes sociales en este asunto? ¿Se pueden considerar como un medio de conexión con los demás? ¿O en realidad nos están aislando más de lo que pensamos?

LO QUE YA SABEMOS

Se han realizado varios estudios que examinaban las consecuencias de la comparación social, del compararse con los demás- que es algo en lo que todos tenemos experiencia. En un momento estás ojeando el perfil de algún amigo viendo lo que hacen estos días, y sin darte cuenta te encuentras viendo lo que hicieron hace 4 meses, las vacaciones que pasaron en el caribe, y te preguntas por qué no has ido a ningún lugar exótico en varios años y cuándo podrás llegar a organizar tu vida de manera que por fin puedas hacer ese viaje del que has estado hablando desde hace años.

La comparación social tiene también un lado oscuro, se trata de cuando empezamos a comparar nuestros cuerpos o nuestra apariencia con los demás, destrozándonos en el proceso. En Inglaterra se llevó a cabo un estudio (en inglés) en el que se encuestó a 1500 usuarios de las redes Facebook y Twitter en el que se mostró que el 62% del grupo reconocían sentirse mal y el 60% sentir celos cuando se comparaban con los demás.

Aunque todos sabemos que la gente tiende a intentar aparentar tener una vida perfecta en las redes sociales, subiendo solo fotos que quieren que los demás vean – seguimos comparándonos con ese estándar.

Estudios realizados con anterioridad también muestran que las redes sociales pueden: perpetuar un comportamiento sedentario, aumentar la adicción a internet, hacer que tengamos menos interacciones cara a cara con los demás o entorpecer la habilidad para socializar cara a cara.

LAS REDES SOCIALES Y TU BIENESTAR GENERAL

Por supuesto es fácil encontrar escépticos que piensan que solo las personas que para empezar ya tienen una bajo autoestima sufrirán el impacto negativo causado por la comparación social. Incluso hay algunos estudios muestran que las redes sociales han beneficiado a relaciones gracias al refuerzo de conexiones que se han dado en el mundo real – lo que en realidad tiene sentido, especialmente cuando se usan las redes sociales para mantenerse en contacto con viejos amigos con los que si no fuera por las redes sociales tendríamos poco o ningún contacto.

Aun así, un estudio llevado a cabo recientemente (en inglés) en que se examinó el uso de Facebook y el bienestar sugiere que las redes sociales, en gran medida, hacen más daño que bien.

Ese estudio se centró en 5,000 adultos de los Estados Unidos para observar cómo había cambiado su salud mental a lo largo de dos años, relacionándolo con su actividad en Facebook. Los parámetros que se usaron para medir el bienestar incluían: la satisfacción en la vida, la autoevaluación de su salud mental, de salud física y el índice de masa corporal. En cuanto a los parámetros para el uso de Facebook, incluían: los “me gusta” en publicaciones de otros, la creación de publicaciones propias, y el clicar en links. Los investigadores también tuvieron en cuenta la participación de los participantes en relaciones sociales en el mundo real.

La principal diferencia entre este estudio y estudios pasados es el análisis comprensivo y un enfoque multi-dimensional – usando tres grupos de datos durante un periodo de dos años, implementando medidas objetivas del uso de Facebook, e integrando la información sobre las actividades de los participantes en actividades en redes sociales en el mundo real, lo que permitió comparar directamente las interacciones online y las redes “cara a cara”.

Lo que descubrieron es sorprendente: mientras que las interacciones sociales en la vida real estaban directamente relacionadas con el bienestar general, las actividades en Facebook tenían una relación negativa. Los resultados eran especialmente reveladores cuando se trataba de salud mental:

“La mayoría de las medidas en Facebook en un año preveían una disminución en la salud mental en años posteriores. Vimos claramente que de manera consistente tanto el dar “Me gusta” a otros como el clicar en links predecían de manera bastante fiable una reducción posterior en la autoevaluación de la salud mental, física y de la satisfacción en la vida” dijeron los autores del estudio, Holly Shakya y Nicholas Christakis.

El por qué existe está relación es todavía asunto de discusión. Los investigadores no pueden decir con total certidumbre por qué ocurre. Pero, aunque investigaciones anteriores argumentaban que era la calidad del tiempo que se pasaba en las redes sociales lo que realmente importaba, Shakya y Christiakis muestran que la cantidad de interacciones sociales también juegan un papel importante. Así pues, no es solo el tiempo que se pasa delante de la pantalla lo que afecta a nuestro bienestar, sino también el hecho de que sustituimos interacciones sociales significativas con las redes sociales.

En pocas palabras –  las redes sociales no son un substituto para el mundo real, las interacciones cara a cara con los demás.

La media que pasa un usuario de Facebook al día usando la página es de una hora al día, y muchos de nosotros lo primero que hacemos al despertarnos cada mañana es echar una ojeada a aplicaciones de redes sociales en nuestro teléfono – es hora de que empecemos a evaluar el efecto que las redes sociales tienen en nuestras vidas. Aunque sin duda hay beneficios y es una cosa que nos resulta altamente atractiva, puede que nos estén dañando de maneras que todavía no hemos descubierto. Pero siendo más conscientes de su impacto, podemos empezar a tomar más medidas proactivas que nos peritan estar más en control de nuestra salud y nuestro bienestar general.

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