LA MÚSICA Y TU CEREBRO

La música te hace más inteligente, feliz y productivo, pero...¿por qué?
Sin música, la vida sería un error. Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filosofo alemán.

La música forma parte integral de nuestras vidas, aunque a veces no nos demos cuenta de ello. A menudo, es un sonido de fondo – ya sea en la radio, en la sala de espera del médico, en el supermercado o en el gimnasio. En otras ocasiones tiene un papel mucho más importante, si has tenido la suerte de haber asistido a algún evento de Tony Robbins de buen seguro sabes de la importancia que tiene la lista de reproducción musical. Lo que quizás no sepas es lo profundo que es el impacto que la música tiene sobre nosotros y sobre nuestras vidas.

La música tiene la habilidad de afectarnos de una manera especial, con un impacto tan profundo que pocas otras artes pueden conseguir. Desentierra algo de nuestras profundidades, y que permite que se nos transporte a un lugar y un momento específico en nuestras vidas. De hecho, podemos experimentar quiénes éramos anteriormente a través del sonido, y eso es algo realmente especial. ¿Alguna vez has pensado en la lista de reproducción musical de tu vida? ¿Cuál sería? ¿Y cómo te hace sentir cada canción que forma parte de esa lista?

Ese es el verdadero poder de la música. Pero el poder de la música no se acaba en la capacidad de producir nostalgia, sigue mucho más allá.

Los seres humanos estamos programados mentalmente para disfrutar de la música, ya que hay sonidos que activan el sistema de recompensa – la parte de nuestro cerebro que nos señala cuando algo es importante, valioso o necesario para nuestra supervivencia. En el momento en que escuchamos música que nos guste, nuestro cerebro segrega dopamina y experimentamos un “viaje” natural. Es exactamente el mismo proceso que experimentamos cuando comemos o tenemos relaciones sexuales. Pero hay una gran diferencia entre comer o mantener relaciones sexuales y la música, y esa diferencia es que la música no es solo una herramienta relacionada con la supervivencia, sino que es mucho más que eso.

La música es sin duda alguna una de las herramientas más poderosas que nos permite expresar nuestros sentimientos. Nos permite pensar y sentir en maneras en las que quizás no estemos predispuestos a sentir de manera natural. Tiene la habilidad de expandir nuestro alcance cognitivo. Tiene el poder de emocionarnos y de inspirarnos. Tiene el poder de conectar. Incluso puede que tenga el poder de sanar.

LA MÚSICA COMO MEDICINA

Todos sabemos que la música puede desencadenar ciertas respuestas emocionales. Una lista de reproducción de canciones de estilo Zen puede hacer que nos relajemos tanto que incluso nos quedemos dormidos. Con canciones de melodías suaves nos podemos relajar tras un duro día de trabajo. ¿Pero sabías que la música puede conllevar beneficios fisiológicos?

En un estudio de la universidad de Londres, los investigadores examinaron a pacientes que se encontraban a punto de someterse a una operación de cirugía y monitorizaron los efectos que la música tenía sobre sus niveles de estrés. La conclusión que sacaron es que si se escucha música antes, durante y después de la intervención, se veían reducidos significativamente los niveles de dolor, de ansiedad e incluso de la necesidad de sedantes.

La música también se está usando en la actualidad para ayudar a personas que sufren déficits neurológicos. Por ejemple, las personas que se encuentran en recuperación tras un traumatismo craneal no son capaces de usar el habla si el hemisferio izquierdo del cerebro ha sido dañado. Pero el canto es una función del hemisferio derecho, así que al aprender a cantar las palabras que quieren expresar y prescindir de la melodía más tarde es una manera eficaz de sobreponerse a la incapacidad de uso del habla. Precisamente eso es lo que hizo la política estadounidense Gabby Giffords tras ser víctima de un atentado en el que un disparo le causo heridas que la dejaron sin habilidad para hablar.

LA MÚSICA Y LOS NIÑOS

Piensa en la canción del alfabeto “A,B,C,D,E,F,G…”- todos conocemos esa canción. ¿Nunca te has preguntado por qué se usa una canción para enseñar el alfabeto a los niños? Se usa porque está demostrado que la música ayuda a los niños a recordar hechos básicos, en gran parte porque las canciones acceden a los sistemas fundamentales en nuestros cerebros que son sensibles a la melodía y el ritmo.

La música también tiene la capacidad de mejorar las vidas sociales o emocionales de los niños y los adolescentes. Un estudio reciente que examinaba cómo manejaban o gestionaban niños y adolescentes problemas o conflictos emocionales mostró que los niños de entre 8 y 16 años que habían recibido musicoterapia habían incrementado significativamente la confianza en sí mismos y al mismo tiempo reducido también considerablemente reducido los síntomas de depresión en relación con los niños que no se habían sometido al proceso de musicoterapia. También se sacó la conclusión de que la musicoterapia ayuda a los adolescentes a mejorar sus habilidades comunicativas y de interacción con los demás.

LA MÚSICA Y LOS BEBÉS

¿Has visto en alguna ocasión a alguna mujer embarazada poniendo unos auriculares en su barriga? Tiene una explicación. A pesar de que pueda contradecir lo que comúnmente se cree, los niños no nacen siendo una página en blanco. De hecho, cuando nacen ya han acumulado una significante cantidad de experiencias con el mundo que les ha rodea.

Los investigadores descubrieron que “los recién nacidos reaccionan cuando son expuestos a sonidos durante el periodo fetal, y responden de manera diferente si son expuestos al mismo sonido después de haber nacido” Y señalaron a la semana 27 de gestación como el momento en que la exposición auditoria externa empieza a reordenar el córtex auditivo. En otras palabras – en el segundo trimestre de gestación, el feto no solo siente el sonido, sino que es influido por él. Pero lo que es realmente fascinante sobre este estudio son las consecuencias a largo plazo. Los investigadores descubrieron que la exposición a música antes del nacimiento puede tener “efectos significativos en el desarrollo del cerebro y realzar la capacidad de respuesta a los sonidos usados en el entrenamiento antes del parto”. En resumen, eso significa que tu bebé puede mejorar su capacidad cognitiva más adelante en su vida simplemente por el hecho de haber estado expuesto a sonidos antes de su llegada a este mundo.

Pero el poder de la música para bebés no se acaba ahí. Experiencias musicales interactivas e interesantes pueden tener un gran impacto en el desarrollo cognitivo en los primeros años de vida.

En un estudio realizado sobre niños de 1 año (que todavía no pueden andar ni hablar) que tomaban parte en clases de música interactivas, los investigadores descubrieron que los niños experimentaban un crecimiento significativo en su capacidad de comunicación y de reacción. Al mismo tiempo, investigadores del Instituto de Aprendizaje y de Ciencias Cerebrales de la Universidad de Washington descubrieron que sesiones de juego que usaran música mejoraban el procesamiento cerebral de nuevos sonidos del habla. Así pues, esas clases que parecen tan tontas donde se les pone música a los niños…puede que no sean tan tontas al final.

LA MÚSICa Y…TU

Bueno… ¿Y a ti? ¿Cómo te ayuda y cómo mejora tu vida además de lo que pueda ser obvio? Todos sabemos que la música puede afectar a nuestros niveles de energía. No hay nada peor que una sesión de ejercicio físico en la que se use una selección musical muy tranquila. Y similarmente, no hay nada mejor que cuando en una sesión e ejercicio físico suena una canción que consigue excitarte y energizarte y te lleva hasta un estado físico elevado.

Sin embargo, la música no es solo capaz de influir en tu estado emocional o en tu estado de ánimo, de hecho, puede cambiar la manera como ves el mundo y cómo interactúas con los demás.

Investigadores de la universidad de Groningen descubrieron que la gente es más propensa a reconocer aspectos positivos del ambiente que les rodea cuando se encuentran en un estado de ánimo positivo. Escucha música alegre, siéntete mejor, y tendrás una perspectiva más placentera.

Está demostrado también que la música puede realzar el ambiente en el trabajo. Los investigadores de Cornell descubrieron que cuando suena música animada los miembros del grupo son más propensos a trabajar juntos y contribuir al beneficio del grupo. Mientras que, si la música que suena es discordante o no placentera, los participantes tienen más posibilidades de centrarse en sí mismos en su puesto de trabajo.

Este es el poder de la música. Y tal como has visto, va mucho más allá de la habilidad de mejorar nuestro estado de ánimo. De hecho, hay estudios que muestran que puede reducir el estrés diario, incrementar la memoria y la creatividad, mejorar las funciones de los vasos sanguíneos e incluso dar un empuje extra a nuestro sistema inmunológico.

Así pues, la próxima vez que estés pensando en “alimentar” tu mente, considera seriamente la música. Quizás Vivaldi, o Mozart…o cualquier cosa que mejore tu ánimo. Porque puede que en realidad la música esté haciendo mucho más de lo que piensas.