EL AMOR ES CIEGO

Cómo seguir amando de corazón, no con la cabeza

Amor: Es una de las pocas cosas que puede crear un intenso placer – o un intenso dolor. Tiene el poder de elevarte a lo más alto, o de enterrarte en el lugar más oscuro. (Y sin importar la experiencia que vayamos acumulando, todos seguimos intentar descubrir cómo funciona.)

Cuando te encuentras en una relación con un profundo amor, cuando el mundo se encuentra lleno de arco iris y mariposas, todo lo que haga tu pareja te parecerá correcto. De aquí es de donde proviene la expresión “El amor es ciego” – ya que el amor nos deslumbra y no nos permite ver ninguno de los defectos de nuestra pareja.

En este estado de atracción alterado, tendemos a dar más margen o libertad a nuestra pareja. Hay más espacio en el que pueden cometer errores porque las reglas que se han creado en la relación son distintas, y hay menos. Y en muchos casos, no hay ninguna regla – te sientes excitado por el simple hecho de estar en la misma habitación que tu pareja, de tener la oportunidad de hacer feliz a tu persona amada.

Aquí tenemos un hilo de pensamiento de alguien que está enamorado de corazón:

“Que le puede hacer feliz? ¿Qué le excitaría? Voy a ir a los confines de la tierra y lo voy a encontrar –  y voy a disfrutar haciéndolo. Voy a disfrutar aprendiendo, explorando todo tipo de cosas; me voy a sentir vivo/a, voy a hacer que ocurra.

¿Dónde están las dudas? ¿Dónde están las reglas?

¿Dónde está el comparar lo que estás haciendo por tu pareja con lo que tu pareja está haciendo por ti? Correcto – estos conceptos no se encuentran en este hilo de pensamiento. Cuando amas de corazón, en el estado “de ceguera”, ni te planteas cuánto estás dando, y no creas ideales de lo que tu pareja debería ser para compararlos con lo que son en realidad.

¿Qué hace que termine este estado? ¿Por qué dejamos de amar de corazón?

La respuesta es: tu cabeza toma el control. La lógica es una característica intelectual muy valiosa, pero en el campo de las relaciones personales puede ser destructivo. A continuación, veremos un hilo de pensamiento de alguien que ama “con la cabeza”:

“Me pregunto qué me preparará para mi cumpleaños. Le organicé un día tan especial para su cumpleaños, y le encantó. Pero todavía ni me lo ha mencionado este año. ¿Se le habrá olvidado completamente? Igual que se olvidó de felicitarme cuando obtuve esa promoción en el trabajo, o como cuando se le olvidan los pequeños detalles, como por ejemplo que no me gusta el jengibre, ¿Cómo puedo tener una pareja que no sabe que no me gusta el jengibre??!!”

En este punto, las reglas que has establecido en tu cabeza sobre cómo se debería comportar tu pareja, sobre cómo debería ser tu relación y lo que te mereces supera a todas las emociones positivas que tenías antes. Las cosas que nuestra pareja hace ya no son apasionantes; y sus defectos ya no son “adorables”, y pueden llegar a convertirse en una molestia.

Y cuando permitimos que se vayan acumulando esas pequeñas cosas, empezamos a sentir resentimientos, o la tensión se va acumulando. Eso puede desembocar en una serie de rechazos que se pueden convertir en tóxicos para la relación, o abrasivos – y finalmente llega a ser una sensación general de represión, o de impotencia, donde rebajas tanto tus expectativas que ya no sientes que ninguna de tus necesidades sea satisfecha en la relación, así que te centras en otras cosas, como tu trabajo, tus hijos, un grupo de amigos/as o tus aficiones.

Suena horrible, ¿verdad? Las buenas noticias son que puedes cortarlo de raíz manteniendo un sentimiento de atracción hacia tu pareja a través del poder de la polaridad.

“When you’re in attraction, love is easy. When you’re not attracted, you get in your head. You leave your heart and your body and you go to your head.” — Tony Robbins